(Repite para vincular a alerta)
Por Sylvia Westall
ABU DABI, 31 oct (Reuters) - Argentina planea comenzar a construir un reactor nuclear chino y otro canadiense en 2018, mientras desarrolla su propio reactor modular pequeño (SMR, por su sigla en inglés), dijo el martes un ministro del país sudamericano.
Alrededor del 5 por ciento de la electricidad de Argentina ya es generada por tres reactores nucleares de agua pesada, dos con tecnología alemana y uno canadiense, con una capacidad combinada de 1.600 megavatios.
El Subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano, dijo que además de extender por 30 años más la vida útil del canadiense CANDU -que comenzó a producir en 1983-, el país austral prevé construir dos reactores nuevos, que costarán unos 13.000 millones de dólares y cuya instalación se extenderá durante una década.
"Estamos terminando de negociar los contratos comerciales y financieros para construir dos nuevas plantas de nucleares. Empezaremos a construirlas en la segunda mitad del 2018", señaló Gadano en un diálogo con Reuters al margen de una conferencia de energía nuclear en Abu Dabi el martes.
Un nuevo reactor CANDU con una capacidad de 720 megavatios será construido por CANDU Energy Inc -una unidad de negocios de SNC-Lavalin SNC.TO - y por la compañía estatal de energía nuclear de Argentina, NA-SA, detalló el funcionario.
En tanto, el otro es un reactor Hualong One, con capacidad de 1.150 megavatios, que será construido por la estatal china China National Nuclear Corporation, añadió.
Gadano afirmó que China financiará un 85 por ciento de los proyectos, mientras que Argentina desembolsará el 15 por ciento.
Por otro lado, el subsecretario explicó que Argentina está desarrollando un prototipo de SMR de 25 megavatios, el CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares).
"Esperamos tener la ingeniería básica del modelo comercial el año que viene. Nuestra intención es ser un jugador en el mercado de los SMR", dijo Gadano.
Varios países, incluyendo Gran Bretaña y Rusia, están desarrollando SMR como una alternativa a los enormes reactores de agua presurizada convencionales, que cuestan miles de millones de dólares y que toma años construir. (Traducido por Maximiliano Rizzi; Editado en español por Javier López de Lérida)