Wall Street empieza a verse mal. La jornada fue de nueva horrenda. Empezó mal y conforme transcurría la jornada se fue poniendo peor hasta acabar de manera fatal. Fueron muchas cosas: sí, Glencore, que se cree que la empresa no vale nada con los precios de las materias primas por los suelos; y Volkswagen (XETRA:VOWG), que sigue pagando por los platos rotos por el escándalo de los test sobre emisiones de contaminantes.
Pero eso son dos casos aislados. La realidad es que hay asuntos de fondo que preocupan. El primero es China, que sigue despertando resquemores y suspicacias. Los beneficios dentro de su sector industrial se contrajeron un 8.8% en agosto, mucho peor que la cifra de -2.9% de julio y la peor desde que se empezaron a registrar esos números en el 2011. Eso implicó otra jornada horrible para las materias primas.
El índice de Bloomberg de las materias primas se hundió un 1.3%. y dentro de ella, destacaron los derrumbes del barril de WTI (-2.5%) a 44.527 dólares, y del Brent (-2.5%) a 47.40 dólares. En los metales industriales, el cobre bajó un 1.6%, y entre los metales preciosos, el oro se depreció un 1.2% y la plata un 3.6%.
Por supuesto, el descalabro de las materias primas pegó a las empresas del sector. Glencore fue el más visible, cayendo más de un 25%. También Royal Dutch Shell (-3.0%), que ante los bajos precios del petróleo dijo que dejaría de explotar un yacimiento petrolero en Alaska por no contener las cantidades de petróleo y gas que estimaban. Pero el sector petrolero, durante la jornada, se desfondó un 3.7% y el de materiales básicos un 3.6%
Sin embargo, además de China, el mercado anda preocupado con la caída libre del sector de biotecnología. El índice de biotecnología del Nasdaq ya ha caído más de un 25% respecto al récord histórico que tocó el pasado 20 de julio, lo que ya lo convierte en un mercado “bear” o bajista en toda regla. Es más, ya borró todo el avance que había registrado en este 2015 y que lo convertía en uno de los sectores estrella del año.
Hoy cayó un 5.6% tras hundirse la semana pasada un 13%. Y el asunto parece ir mucho más allá, a estas alturas, que el tuit de la semana pasada de la candidata demócrata Hillary Clinton exigiendo que se ponga coto a los excesos que cometen con los precios de los fármacos. Al sector salud le fue aún peor que al petrolero y el de materiales, al hundirse un 4.1%.
Desde hace mucho la propia Fed ha advertido que el sector de biotecnología podría estar sumida en una burbuja. Muchas de ellas no tienen ingresos ni beneficios, y las valuaciones son por tanto estratosféricas. Sin embargo, las justifican en futuros fármacos que serán la panacea, y serán grandes éxitos de ventas.
El caso que entre el derrumbe del sector de biotecnología, junto con la caída de las materias primas por China, el mercado terminó muy mal. El peor índice, por supuesto, fue el Nasdaq, que se despeñó más de un 3.0% para cerrar en los 4,543.97 pts. El Dow Jones cayó un 1.91% para concluir prácticamente sentado en los 16,000 pts (hace poco, en mayo, cotizaba por encima de los 18,300 pts). El S&P’s 500 perdió un 2.57%, en los 1,881.77 pts.
El miércoles termina el tercer trimestre, y será el peor en mucho tiempo. Además, queda por ver si el gobierno de Estados Unidos no cierra el gobierno y el viernes tendremos dato de empleo. Será una semana movidita.