Avance BMV: México cambia de ánimo y se desmarca del resto. Se dispara inflación a 4.78%
El mercado mexicano parece haber cambiado de ánimo coincidiendo con la toma de posesión de Donald Trump. El mejor indicador es el peso: el viernes trepó un 1.8% y ayer un 0.8% adicional. Hoy prosigue su racha alcista y avanza un 0.6% para negociarse en los 21.26 pesos por dólar. Pero además, mientras ayer el S&P’s 500 cedía un 0.27%, la bolsa de México se desmarcaba y volaba un 1.69%.
Hoy Wall Street abrirá con pocos cambios, en medio de la reciente cautela observada dese mediados de diciembre, y que parece haberse acrecentado por la agresividad de Donald Trump, una actitud que no termina de seducir a los inversionistas. Sin embargo, México puede seguir reforzando ese reciente optimismo.
La razón se encuentra en la reunión que Donald Trump tendrá hoy con “los tres grandes”: Ford (NYSE:F), General Motors (NYSE:GM) y Fiat Chrysler (MI:FCHA). Esa reunión precede a la que mañana tendrán el canciller mexicano Luis Videgaray y el secretario de Economía Ildefonso Guajardo, y puede sentar las bases para los términos de la reunión de mañana.
La reunión llega justo antes de la que tendrán el canciller de México, Luis Videgaray, y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, mañana miércoles y pasado mañana. Si los tres CEOs de las tres grandes logran persuadir a Trump sobre la conveniencia de preservar al menos determinadas inversiones en México, sobre todo la de turismos tipo sedán cuyos márgenes son menores así como el sector de autopartes, intensivo en mano de obra, la reunión con los funcionarios mexicanos podría tener mejor pinta. Recientemente, Trump dijo que esperaba lograr un acuerdo favorable para todos. Por tanto, será crucial para México saber qué noticias salen al término de esa reunión, y si se escucha a un Donald Trump más templado, tanto el peso como la bolsa se podrían ver favorecidos.
Por tanto, el peso se aprecia esta mañana y la bolsa mexicana podría abrir con moderadas alzas en contraste con el tono que se observa en Nueva York, mucho más apático. De este modo, el brillo del dólar se ha venido opacando por éstas decisiones de política comercial de Trump: esta mañana abre con una depreciación de 0.17% sobre una canasta de monedas, mientras que el peso en 21.26 pesos por dólar con una apreciación del 0.58% en el momento que se escribe esta nota. Al contrario que ayer, donde casi todas las divisas de Latinoamérica ganaban terreno, hoy es el peso mexicano en exclusiva la que se desmarca del resto.
En los commodities: el oro cae 0.15% , la plata de igual manera tiene una variación negativa 0.15% y el cobre aumenta en 1.76%, éste último dato contribuye al rendimiento de la Bolsa en México por empresas mineras como Grupo México (MX:GMEXICOB).
Los bonos de 10 años de México mantiene su rendimiento de 77.55% con ligera variación a la baja, manteniendo la curva con la misma pendiente. Mientras que los bonos del tesoro a 10 años tienen un aumento en el rendimiento de 1.3%, quedando en un rendimiento de 2.43%, haciendo más pronunciada la curva de rendimientos y presionando el costo del crédito y financiamiento.
Más allá de eso, el mercado también estará pendiente de los datos económicos de la mañana. Tal y como se esperaba, la inflación se desató durante la primera quincena de enero: la inflación general aumentó un 1.51%, lo que llevó la inflación general a 4.78%. Entre la depreciación del peso y el gasolinazo, el panorama ha cambiado mucho respecto al observado un año antes, cuando el incremento quincenal fue de 0.03%, y la tasa anual estaba confortablemente en 2.48%. Para la subyacente, excluyendo alimentos y energía y, por tanto, el gasolinazo, el aumento fue menos virulento: se elevó un 0.37% quincenal, lo que dejó la tasa anual en 3.72%.
En lo que se refiere a la actividad económica, el IGAE, una suerte de PIB mensual, aumentó un 0.2% en noviembre respecto al mes previo con cifras desestacionalizadas. Eso significó un aumento de 2.4% respecto al mismo mes de 2015.
Tampoco hay que perder de vista lo acontecido con la retirada de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) que Donald Trump firmó a la vez de declarar que “la decisión es una gran cosa para todo trabajador estadounidense”, continuando con el cumplimiento de sus promesas de campaña más relevantes luego de que antier también promoviera el inicio del fin del Obamacare. Pero parece que el principio del fin también lo es para el propio TPP, ya que éste requiere que seis de los integrantes den el visto bueno y representen al menos el 85% del bloque económico; por lo que, por ese lado, parece complicada y lejana la puesta en marcha de dicho acuerdo.
A lo anterior hay que añadir el desánimo e intención de abandonar el tratado por parte de Chile, luego de que el canciller Heraldo Muñoz expresara que sin EUA no puede haber TPP. Sin embargo, por otro lado, China ve una gran oportunidad para aumentar su presencia y relevancia en el comercio multilateral. Esta decisión podrá darle fuerza al Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP) impulsado por China, el cual contempla 16 países (sin incluir EUA) como un posible sustituto del TPP. Más allá de lo anterior, parece ser que ésta es la primera medida que Trump ejecuta sin contemplar el crecimiento en la relevancia política y económica que un país protagónico puede ejercer sobre el orden mundial.
El escenario se torna más tenso con la volatilidad complicada que hoy se vive y con la incertidumbre sobre el futuro comercial que el tinte nacionalista del presidente de Estados Unidos pretende imponer. Las negociaciones se vienen y todos seguimos a la expectativa. Pero parece que hoy se pueden afrontar con algo más de optimismo.