Si invierte en renta fija debe leer esto

 | 13.02.2019 04:41

El mercado no puede caer. ¿Ha escuchado esto alguna vez? Si ha sido usted el que se ha descubierto diciendo esta frase, cuidado. Porque el mercado sí puede caer y, a veces, con más fuerza de la que pudiera uno imaginarse. De hecho, en los momentos de complacencia del mercado suelen comprarse los peores activos, algo que después acaba pasando la factura.

Las mayores caídas se dan por comprar en los mejores momentos las peores cosas

Vayámonos de viaje en el tiempo. ¿Preparado? Cierre los ojos. Ahora ábralos. Hemos viajado a mediados de la década del año 2000. Mira a su alrededor y ve muchos terrenos edificables. ¿Será una oportunidad?

Las mayores caídas se dan por comprar en los mejores momentos las peores cosas. Le cuento. Vayámonos de viaje en el tiempo. ¿Preparado? Cierre los ojos. Ahora ábralos. Hemos viajado a mediados de la década del año 2000. Mira a su alrededor y ve muchos terrenos edificables. ¿Será una oportunidad? Cuando usted, estudia la situación ve que además hay una población creciendo que demanda cada vez más viviendas. ¿Qué deberían hacer los precios? Subir. No parece que puedan hacer otra cosa. Pero no piensa solo usted esto, sino que cuando lee un medio informativo de reconocido prestigio escucha a todo un experto financiero, como el señor Alan Greenspan, decir que el mercado de la vivienda debería seguir subiendo ya que es estable. Al fin y al cabo es un experto financiero y debería tener siempre razón no?

Es imposible que la vivienda caiga. ¿Le cuento el final de la película? La crisis de las hipotecas subprime se llevó por delante toda la estabilidad

Es imposible que la vivienda caiga. ¿Le cuento el final de la película? La crisis de las hipotecas subprime se llevó por delante toda la estabilidad que había aparentado un sector con unos cimientos aparentemente sólidos, pero que resultaron estar podridos.

La palabra “nunca”, nunca existió en el mercado.

Las deudas excesivas no son buenas para nadie. Ni para una persona, ni para una familia, ni para una empresa o estado. Da igual lo que escuche. Y si ya este factor de “excesiva” es peligroso, si le añadimos el apellido “de baja calidad” nos termina de hacer el perfil de esta asesina criminal, la deuda excesiva y de baja calidad. Como sabe, la deuda de baja calidad tiene una probabilidad mayor, que otras, de no ser devuelta. Igual que no será igual prestar dinero a su hermano mayor, un adulto responsable y con trabajo fijo, que prestarlo a su hermano pequeño sin ingresos y sin edad para trabajar, no es igual prestar o invertir nuestro dinero en empresas con un alto riesgo de no poder devolverlo, que a empresas solventes. Las hipotecas subprime, como sabe, son solo una forma elegante de decir que esas hipotecas eran de alto riesgo. Es lo que tienen las finanzas, se convierte una idea absurda en una sofisticada tan solo con cambiarle el nombre.

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Las deudas excesivas no son buenas para nadie. Ni para una persona, ni para una familia, ni para una empresa o estado

La burbuja subprime se formó debido a normas de préstamo demasiado laxas y un contexto en el que se podía pedir prestado dinero a un bajo interés. Esto es la combinación perfecta para ver como muchas personas piden mucho dinero que no pueden devolver. Toda esta deuda de baja calidad al final acabó desplomando el mercado de la vivienda y puso en peligro al mismísimo sistema bancario. Algo imposible de pensar años atrás de un sistema tan estable.

Veamos una gráfica.