Qué ha inflado al “superpeso” (¿y cuánto durará?)

 | 19.03.2024 12:00

Las apuestas especulativas en el mercado de futuros a favor del “superpeso” son tan altas que ya casi nadie se la quiere jugar en su contra, y así se mantiene como un activo financiero interesante para inversores de todo el mundo. Tras bambalinas, sin embargo, hacia el largo plazo está debilitando estructuralmente a la propia economía mexicana.

¿Cuánto exactamente le va a durar esa racha? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Dependerá de factores políticos, económicos, financieros y sociales imposibles de prever en su totalidad.

Lo único cierto es que hoy por hoy, el fortalecimiento de la moneda mexicana es una especie de profecía autocumplida, impulsada por un mayor flujo real -y esperado- de dólares al país (fruto de exportaciones, remesas, turismo, e inversión extranjera por el “nearshoring”), las altas tasas de interés reales que atraen a los inversores y la especulación, que en buena medida determina los movimientos del tipo de cambio.

Todo ello abona para que el peso conserve su calidad de moneda líquida (que se puede comprar y vender fácilmente y que le da confianza a los inversores), que siga siendo la divisa con mejor desempeño en el orbe este año y, por tanto, que las apuestas alcistas continúen a su favor.

El peso vive así un círculo virtuoso que –estimamos– habrá de continuar en los próximos meses o quizá un par de años.

Así, desafiando expectativas, el peso se planta resiliente en este año electoral en México y en Estados Unidos, por debajo de las 17 unidades por dólar, y convertido en una atractiva divisa para diversificar riesgos financieros y ganar altos rendimientos en papeles de deuda (cetes y bonos).

Los riesgos y las oportunidades/h2

La incertidumbre global, en especial en las relaciones comerciales y políticas internacionales, constituye un riesgo para la divisa mexicana, pero también presenta oportunidades para los inversores, quienes por medio de estrategias de inversión en valor y de trading pueden capitalizar esta coyuntura del “superpeso”.

Otra amenaza es la costosa factura por pagar luego de todo lo derrochado en las megaobras del sexenio lopezobradorista. Recordemos que 2024 será un año de histórico déficit fiscal, lo que inevitablemente incidirá en el tipo de cambio a futuro.

Por si fuera poco, el gasto deficitario tendrá consecuencias sobre la inflación, mientras que en lo externo una segunda llegada de Donald Trump a la Casa Blanca haría que México corriera el riesgo de aparecer de forma negativa en su discurso y propaganda de campaña.

Sobre este punto, poco a poco más analistas internacionales comienzan también a llamar la atención sobre el tema del peso. En algún momento será de dominio general.

Por ejemplo, Robin Brooks, miembro senior de la consultora The Brookings Institution, execonomista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales y exestratega jefe de divisas del influyente banco Goldman Sachs (NYSE:GS), lo advirtió así el domingo desde su cuenta de X:

“México es un país con fortalezas asombrosas, pero el aumento masivo del peso mexicano es una vulnerabilidad. El peso ha subido un 31% en términos reales desde antes del COVID (rojo). Si Trump gana las elecciones a finales de este año, podría haber una fuerte caída del peso a medida que Estados Unidos se vuelva menos amigable…”.