Los alcistas ganan la batalla en el mercado de divisas, pero el peligro acecha

 | 07.02.2018 02:32

Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.

Ha sido una jornada de locos en los mercados financieros pues la oscilación de 1.100 puntos del Dow ha causado una gran volatilidad generalizada entre las divisas. La jornada de negociación en Nueva York abrió con un rápido ascenso del dólar pero hacia el cierre revirtió todas esas ganancias. Este giro de 180 grados del dólar reflejó la reversión del Dow Jones operación por operación, y cerró la jornada en más de 540 puntos en territorio positivo tras caer más de 500 puntos a la apertura. Los inversores ahora se preguntan si ya ha acabado la "corrección saludable", allanando el camino para la recuperación de divisas y acciones.

Antes de abordar esta cuestión, es importante entender que la volatilidad afecta a las divisas de muchas maneras: primero y ante todo, crea aversión al riesgo, lo que conduce a una liquidación. Esto incide directamente en el crecimiento de las monedas y las más perjudicadas han sido las exportaciones, debido a la ralentización del crecimiento de Estados Unidos y a escala mundial. En segundo lugar, fomenta la recogida de beneficios, particularmente después de los fuertes movimientos de enero. El proceso de desarrollar estas operaciones resulta en una necesidad de volver a comprar monedas de financiación como el dólar y el yen japonés.

Estos movimientos también pueden provocar paradas que aceleran las caídas. Por lo que en los últimos días, se ha observado una mayor ansiedad, recogida de beneficios, liquidación y una reducción general del riesgo. Aunque la corrección haya terminado, cualquiera que haya adoptado una postura de complacencia durante el ascenso lento y constante de las acciones ha sido bruscamente despertado esta semana, lo que los ha hecho reacios a reincorporarse al mercado con el mismo entusiasmo.

La preocupación por el impacto negativo del aumento del rendimiento es la razón principal por la que se desplomaron las acciones y a pesar de la recuperación, el rendimiento de los bonos a 10 años subió 9,4 pb hasta el 2,8%. Así que el peligro al que se enfrenta la economía de Estados Unidos sigue siendo muy real pues las subidas de los tipos de interés impulsan los costes de endeudamiento para los propietarios de vivienda, consumidores y empresas. El aumento del rendimiento también ha hecho más atractivas las inversiones en renta fija y una huida de las acciones a los bonos podría ejercer mucha presión sobre las acciones.

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Esto significa que mientras que los alcistas lograron arrebatar el control a los bajistas el martes, la guerra no está ganada. El dólar va a subir más frente a las monedas europeas y a las divisas vinculadas a las materias primas, y seguirá sometido a una gran presión frente al yen japonés. Como dijimos en la nota del lunes, el par USD/JPY debería cerrar en más de 110,50 para introducir una nueva tendencia alcista, de lo contrario la tendencia bajista seguirá intacta.

Puede que el euro no haya sido la divisa que mejor actuación ha ofrecido, pero sigue siendo una de las más resistentes. Tras caer hasta situarse a unos 15 pips del nivel de 1,23, ha vuelto a gravitar hacia 1,24. Los últimos informes económicos destacan la fuerza subyacente de la economía de Alemania – los pedidos industriales aumentaron un 3,8% frente a las previsiones que hablaban de un 0,7%. La evolución del EUR/USD ha sido particularmente impresionante dado el margen de rendimiento, que se movió en la dirección opuesta, lo que indica un descenso de la moneda.

Por supuesto, ha habido una considerable diferencia entre el EUR/USD y el margen de rendimiento de los bonos alemanes a 10 años - bonos del Tesoro de EE.UU., que puede explicarse con la venta de bonos estadounidenses, que no se espera que cambie. Aunque la reciente recuperación del EUR/USD podría impulsarlo hasta 1,2450, el repunte debería desaparecer cerca de 1,2550 ya que seguramente tenga lugar otra venta masiva de acciones.

La divisa que mejor actuación ha ofrecido ha sido el dólar neozelandés, que se negó a caer junto a sus colegas. Aunque sería fácil atribuir su fortalecimiento a la tercera subida consecutiva de los precios de los lácteos, la moneda comenzó a subir durante la jornada de negociación en Asia y no se vendió tanto como las otras monedas principales. Esta resistencia refleja la confianza del mercado en que Grant Spencer, el gobernador interino, no dirá nada que pueda influir en el mercado antes de que Adrian Orr, el nuevo gobernador, tome el mando el mes que viene.

Sin embargo, hace casi tres meses desde la última decisión sobre los tipos y la economía ha empeorado. No ha subido el dólar neozelandés un 5% frente a su homólogo estadounidense y un 2% frente al dólar australiano, sino que los datos han sido peores pues el crecimiento de las ventas minoristas se ha reducido materialmente, la actividad manufacturera ha disminuido, la confianza empresarial ha descendido y la inflación se ha ralentizado.

Hay algunas buenas noticias en cuanto a la vivienda y el comercio, pues la balanza comercial ha vuelto a registrar inesperadamente un superávit en diciembre tras las robustas cifras sobre las exportaciones pero puede que no sea suficiente para compensar el deterioro. Las cifras del mercado laboral del cuarto trimestre se publicaron el martes por la noche y mientras todos los indicios apuntan a una disminución del crecimiento del empleo, los pronósticos eran bajos.

Si el tono del anuncio del Banco de la Reserva de Nueva Zelanda permanece inalterado y Spencer no dice nada nuevo, el NZD/USD podría ampliar ganancias hasta 0,7350. Sin embargo, si expresa preocupaciones explícitas sobre el fortalecimiento del NZD y hace hincapié en los riesgos que representa para la economía, eso podría ser lo que finalmente lastre el NZD/USD hasta situarse en menos de 0,7250.