Coberturas Cambiarias: ¿Para qué? ¿Qué beneficios y riesgos?

 | 23.02.2017 15:33

Coberturas Cambiarias: ¿Para qué? ¿Qué beneficios y riesgos? El caso de Brasil.

El peso mexicano ya sabe, de nuevo, lo que es cotizar por debajo de los 20 pesos por dólar. Ayer acabó en los 19.90 pesos, o una apreciación del 0.5%. La divisa mexicana no sabía lo que era terminar una jornada por debajo de los 20 pesos por dólar desde el 10 de noviembre, dos días después de las fatídicas elecciones presidenciales de Estados Unidos. La inesperada victoria de Donald Trump provocó que el peso se despeñara, en apenas dos días, casi un 11% y pasara de 18.32 pesos el 8 de noviembre a 20.58 dos días después. Y desde entonces ya no había vuelto a divisar los 20 pesos por dólar. El 19 de enero, en la víspera de la toma de posesión de Donald Trump, el peso acabó en su nivel más débil de la historia, los 21.96 pesos por dólar. Pero fue llegar Trump a la Casa Blanca y, pese a sus incendiarias declaraciones en contra de México, la divisa inició una vertiginosa recuperación que lo regresó ayer, de nuevo, por debajo de los 20 pesos por dólar.

Bien sea por la “sobrerreacción” del peso, o porque el arancel propuesto para las importaciones en vez del 35% sería del 20%, o porque ha sido menos enfático en gravar las remesas, o porque ha rebajado su retórica en contra de las empresas estadounidenses que invierten en México, o porque Banxico ha vuelto a subir las tasas de interés en otros 50 pbs,… el caso es que el peso mexicano ha registrado una formidable recuperación, al estilo de los Patriots del trumpista Tom Brady, que lo ha llevado de nuevo por debajo de los 20 pesos por dólar.

El último “touchdown” lo logró el martes, y fue obra de la Comisión de Cambios, esa institución donde se dirime el destino del peso y que congrega a los más altos funcionarios de la Secretaría de Hacienda y de Banco de México (Banxico). Pues bien, dicha Comisión decidió instrumentar un programa de coberturas cambiarias liquidables al vencimiento por diferencias en moneda nacional.

¿Cuáles son los objetivos de dicho programa? En esencia dos. La primera misión es ofrecer cobertura cambiaria a todos los agentes económicos de México. Esto es crucial en una coyuntura en la que los flujos de entrada en dólares están amenazados y, en consecuencia, la volatilidad cambiaria es intensa. La disponibilidad de dólares en la economía mexicana puede ser boicoteada por todos lados: porque el precio del barril de petróleo se ha deprimido y además México cada vez exporta menores volúmenes; porque un potencial arancel de Estados Unidos a las importaciones provenientes de México dañaría las ventas externas; porque la Inversión Extranjera Directa de Estados Unidos se puede retraer en caso de que Trump imponga un arancel; porque no se sabe si el presidente estadounidense gravará las remesas mexicanas; y porque en caso de que la Reserva Federal de Estados Unidos acelere su ciclo de subida de tasas, muchos dólares podrían regresar a los activos estadounidenses.

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Esos riesgos de escasez de dólares han provocado que la divisa estadounidense sea muy codiciada, lo que ha detonado la actual volatilidad y una mayor necesidad de cobertura cambiara cuyos riesgos no todos estaban dispuestos a asumir. Ahora, Banxico satisfará parte de esa demanda: las instituciones de crédito del país podrán presentar posturas por los instrumentos de cobertura que ofrecerá Banxico y esas instituciones de crédito, a su vez, podrán ofrecer este tipo de coberturas al resto del mercado. De este modo, los diferentes agentes económicos podrán adquirir las coberturas cambiarias en función de sus expectativas y sus necesidades.

Una vez cumplido ese objetivo similar al de “prestamista de última instancia”, es de esperar que se aplaque la ansiedad en el mercado, regrese algo de calma y se reduzca la volatilidad. Y la estabilidad cambiara es un valor que Banxico busca preservar a toda costa, es uno de sus objetivos primordiales, sobre todo en un contexto de alza de precios donde es fundamental contener las expectativas inflacionarias.

Ahora bien, para estabilizar al peso existen otros mecanismos de política monetaria más tradicionales. ¿Qué ventajas ofrece la cobertura cambiaria como nueva alternativa? Se sabe que el instrumento más ortodoxo es elevar las tasas de interés. El problema es que Banxico ya lo ha empleado hasta un punto que, de seguir recurriendo a él, puede abocar a la economía mexicana a una recesión. Por tanto, y si las coberturas cambiarias funcionan para estabilizar al peso, podrían servir para contener futuros incrementos de tasas que podrían torpedear al consumo y a la inversión.

El otro instrumento acostumbrado es echar mano de las reservas internacionales. Sin embargo, Banxico se ha mostrado poco partidario de utilizarlas, posiblemente por el temor de que de su nivel se deprima a niveles que pongan a México en una situación más vulnerable e inquiete a los inversionistas o a las propias agencias de rating.

¿Por qué este instrumento no precisaría recurrir a las reservas internacionales? Porque su liquidación no se realizará en dólares, sino en moneda nacional. Este instrumento es equivalente a un contrato a plazo en el que una entidad de crédito pacta un tipo de cambio con Banxico para comprar un monto en dólares en una fecha futura. Con esa operación, la entidad de crédito se aísla del riesgo de depreciación del peso. Al vencimiento del contrato, la operación se liquida mediante el cálculo de la diferencia entre el precio pactado y el precio al vencimiento del contrato. Si el peso se depreció respecto al precio pactado, Banxico le entregará pesos (y no dólares) que cubrirán la diferencia para comprar el monto de dólares establecido. Los importadores mexicanos y las compañías con deuda en dólares podrían recurrir a las mismas coberturas para evitar pérdidas cambiarias. El principal riesgo de la cobertura es el de la convertibilidad, esto es, que en el mercado spot haya los dólares suficientes para convertir la cobertura, si bien Banxico cuenta con el respaldo de las reservas.

Este instrumento, desde luego, no es habitual, y de hecho el banco central que más lo ha utilizado, casi en exclusividad, es el Banco Central de Brasil (Bacen). Lo usó en un programa muy agresivo, a partir de 2013, coincidiendo con el inicio del retiro de estímulos monetarios en 2013 (“tapering”) de la Fed. El monto vigente de coberturas superó los 110,000 millones de dólares (mdd). El programa de Banxico, inicialmente, es de 20,000 mdd. Y se fueron renovando sus vencimientos, como también plantea Banxico. Al ser liquidado en moneda nacional, en un principio no hay límites para el tamaño de la intervención al poder imprimir la moneda nacional necesaria, aunque sí hay límites fiscales. De hecho, el stock de coberturas del Bacen y la rápida depreciación del real posterior infligió fuertes pérdidas a la institución, se bien se revirtieron cuando el real mudó su tendencia. Para reducir el programa recurrió, durante la apreciación del real, a un programa de coberturas inverso en el que compraba dólares.

Pese al programa, el Bacen no logró estabilizar al real brasileño, aunque hubo otros factores que pudieron desestabilizar a la moneda brasileña (recesión, inflación, e “impeachmenet” de Rousseff). A Banxico, de momento, le funcionó. Y no sólo el peso está por debajo de los 20, sino que desde que Trump está en la Casa Blanca, la moneda mexicana descuella en el mundo con una espectacular ganancia del 10.5%.

El peso ayer logró cerrar, de nuevo, por debajo de los 20 pesos por dólar. Desde que se supo que Trump sería el próximo presidente de EU, el descalabro que provocó en el peso lo llevó a cotizar por encima de los 20 pesos hasta rozar los 22. Sin embargo, desde que Trump tomó posesión inició un formidable rally que fue apuntalado por la Comisión de Cambios el martes para regresarlo por debajo de 20 pesos…