Así es como AMLO está empeorando la inflación

 | 12.09.2022 12:57

Cuando escuche a un político decir que va a “controlar la inflación”, prepárese: ocurrirá lo contrario. Con un alza del Índice Nacional de Precios al Consumidor en máximos de 40 años en Estados Unidos, y de más de 20 años en México, esta vez no será la excepción.

De nuevo, la desesperación de los gobiernos por ver una mejoría de la inflación los está llevando a implementar supuestas medidas de política económica que van a empeorar el alza de precios, no a atenuarla. Las buenas intenciones plasmadas en los nombres de leyes o programas, no son más que eso: buenos deseos.

Tal es el caso de la llamada Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), promulgada el mes pasado en la Unión Americana, y del llamado Paquete contra la inflación y la carestía (PACIC) que se anunció en México por el gobierno de López Obrador a principios de mayo.

Allá, la IRA plasma las ambiciosas políticas sociales y climáticas del presidente Joe Biden, así como su visión de aumentar los impuestos a los ricos. Incluye grandes inversiones para – se supone- hacer más asequible la atención sanitaria y los medicamentos con receta, luchar contra el “cambio climático” y gravar a las empresas “ricas”.

Pero el problema es que, en los hechos, no logrará el objetivo que se propone, primero que nada, porque no reduce sino que aumenta el gasto público, y vuelve menos competitivo a su país con más cargas impositivas y burocracia.

Con nuestra conclusión coinciden otros análisis especializados como el de E.J. Antoni, investigador de economía regional en el Centro de Análisis de Datos de la Fundación Heritage. Para Antoni no es una sorpresa, pues en los últimos dos años, el gobierno de Biden ha gastado, pedido prestado e impreso billones de dólares como nunca, al tiempo que ha obstaculizado la producción en la economía.

“Desgraciadamente, esta última ley de Washington no resuelve el problema. No reduce la cantidad de dinero en circulación. Peor aún, reduce la cantidad de bienes y servicios a través de medidas como el aumento de los impuestos sobre la energía y la excesiva regulación”, dice Antoni.

Por si fuera poco, advierte que más del 60 por ciento de la electricidad en Estados Unidos procede del carbón, el petróleo y el gas natural, por lo que imponer impuestos adicionales sobre estas fuentes de combustible en virtud de esta nueva ley harán subir los precios de la electricidad, y eso repercutirá en precios más altos en otros ámbitos de la economía.

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“Esta legislación se comercializa como un alivio para los consumidores, una mentira descarada”, criticó el economista.

Asimismo sentenció que la IRA prevé 87 mil nuevos agentes fiscales destinados a perseguir a los “multimillonarios” que defraudan impuestos. Un gastado pero recurrente discurso populista al que se acogen gobiernos de “izquierda”. El tema es que esa persecución, en realidad, recaerá sobre todo en la clase media.

“Aunque el gobierno consiga recaudar miles de millones de dólares de las clases medias y trabajadoras, ese dinero no desaparecerá mágicamente de la economía, pues el gobierno simplemente lo gastará. La cantidad de dinero en circulación no se ha reducido, simplemente ha cambiado de manos, en otras palabras, sigue sin haber una reducción de la inflación”, lo cual es cierto.

De forma paralela, en México los pésimos resultados del llamado PACIC hablan por sí mismos: mientras que al inicio del programa en mayo la inflación anual fue de 5.89 por ciento, al cierre de agosto continuó disparándose a un récord de 8.7 por ciento. La tendencia al alza, como se puede ver en el gráfico, se mantiene.