''Nos enseñaron a ahorrar y ahora nos lo quitan''

 | 28.06.2016 01:10

"Dinero y ahorro, dos conceptos que hemos mamado, que nos parecían indelebles, a prueba de bomba atómica, han muerto: los bancos centrales se los han cargado de un plumazo. Al dinero, porque seguimos desconociendo la verdad de los que esconden las tripas de los bancos: no sabemos cuál será el siguiente en caer, pero sí estamos advertidos de que si tenemos la mala fortuna de ser impositores con sumas superiores a los 100.000 euros sólo tendremos acceso a esos 100.000 euros. Al ahorro, porque lo han demonizado. El ahorro es un concepto que en épocas de intervencionismo brutal como la actual sólo reporta problemas y dolores de cabeza, dada la avidez de los Estados. La velocidad con que se suceden los acontecimientos económicos y financieros impide la correcta valoración de los acontecimientos y fenómenos que vivimos. No hay tiempo para la reflexión. Los bancos centrales y los Gobiernos, todos cogidos de la mano, nos llevan en volandas. Nos trasladan de un tren a otro sin que nos demos cuenta. Quizá cuando reparemos, cuando seamos conscientes dónde nos han dejado sea demasiado tarde. Es posible, llegado ese momento, que no tengamos capacidad de respuesta, capacidad de reacción, como tampoco la tenemos ahora. A nuestro despacho llegan los clientes de siempre, la mayor parte de ellos con posiciones de liquidez. Otros andan colgados de la rama del pino más alto de la Bolsa, que es el eufemismo de estar pillados, cogidos a precios muy, muy altos, casi irrecuperables. Los clientes, presa del desconcierto, se sienten acorralados. No saben qué hacer con su dinero. Consideran que no es el mejor momento para comprar inmuebles, porque las cargas fiscales son cada vez más altas. Además, aún ven más recorrido a la baja. De la Bolsa no quieren oir hablar. Desconfían de los movimientos orquestados por los bancos centrales y son conscientes de que es imposible competir con los dos o tres bancos anglosajones que dominan el cotarro y con las tres o grandes gestoras de fondos del mundo que utilizan todo tipo de herramientas técnicas (potentes ordenadores) para comprar y vender acciones, petróleo, maíz, sorgo, zumo de naranja o algodón ¿Oro? Estalló la burbuja...".

"Nuestros clientes tienen miedo a las regulaciones financieras, que se suceden cada día. Temen a la Represión Financiera. Si tienen más de 100.000 euros en la cuenta piden millones de explicaciones, porque nadie les garantiza su devolución en caso de quiebra de un establecimiento (banco o similar) financiero. Nadie quiere dividir su patrimonio en participaciones de 100.000 euros y abrir el mismo número de cuentas en entidades o establecimientos financieros distintos...".

"Nuestros clientes saben que ya pagan mucho por su ahorro: las comisiones de los bancos, la inflación (aunque sea oficialmente moderada), los impuestos y los intereses mínimos que dan las entidades han convertido el ahorro en una fuente de pérdidas ¿qué pasará si el Banco Central Europeo decide poner en marcha la maquinaria de tipos negativos?...", me dice uno de los grandes gestores de la Bolsa española que me envía el siguiente enlace:

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BNY Mellon IM ), lo ha calculado.

De acuerdo con sus cálculos, de los 26,4 billones de dólares que hay invertidos en deuda soberana en todo el mundo, 16,3 billones (aproximadamente el 62% del total) están en bonos que ofrecen rentabilidades inferiores al 1%. De ese volumen, 7,4 billones de dólares están en emisiones con una tir negativa, mientras que los 8,9 billones restantes ofrecen una rentabilidad de entre el 0% y el 1%(ver gráfico). “Los planes de pensiones y las compañías de seguros no han hecho otra cosa que comprar bonos en un momento de tipos de interés ultra-bajos. Cuando estos empiecen a subir, no quiero ni pensar en sus efectos y el dolor que provocará”, afirmaba el famoso inversor estadounidense Amundi en el Museo del Louvre de París. Según Mossakowski, en este entorno de bajas rentabilidades una estrategia de comprar y mantener en renta fija presenta dos riesgos.