Datos débiles desde las economías de los Estados Unidos y China subrayan la necesidad de concluir la primera fase de un acuerdo entre estos países, para generar confianza empresarial. Aunque la economía china perdió impulso, el gobierno y el Banco Central de este país se abstuvieron de estimular la economía, prefiriendo hacer pequeños ajustes sin un aumento masivo en los niveles de deuda. Un impulso a la disminución aún no se ha agotado, dado que la desaceleración es tan fuerte, que podría afectar al mercado laboral en algún momento, el próximo año, lo que resultará una disminución de la demanda interna.
Muchos mercados asiáticos comenzaron a declinar después de la publicación de las estadísticas chinas. Mientras tanto, el yuan mantiene un crecimiento insignificante durante el día, mientras que los bonos del gobierno perdieron parcialmente el crecimiento durante la semana. Gao Feng, portavoz del Ministerio de Comercio chino, comentó, ayer jueves, que abolir los aranceles existentes es un punto importante para cualquier acuerdo y que China está lista para resolver problemas importantes con los Estados Unidos para crear las condiciones básicas para concluir la primera fase del acuerdo.
China y algunos funcionarios estadounidenses dijeron la semana pasada que acordaron renunciar a parte de las tarifas de los aranceles anteriormente impuestos a la alza, para entrar en la primera fase del acuerdo. Sin embargo, el optimismo disminuyó rápidamente cuando el presidente Trump declaró que no daba su consentimiento a nada. La guerra comercial dura más de un año y golpea a la economía global, cualquier escalada de tensión causará un hundimiento instantáneo del sentimiento de los inversores. Obviamente, la firma del acuerdo es necesaria para ambas economías, mientras que con un resultado positivo, sin exagerar, el mundo entero dará un suspiro de alivio, ya que la guerra comercial ha afectado a todos los países exportadores del planeta.