- El plan anunciado no plantea cambios sustanciales de estrategia.
- Los proyectos prioritarios se mantienen y se anuncia plan de inversión en energía.
- No se contratará nueva deuda ni se aumentarán o crearán nuevos impuestos.
El plan anunciado no plantea cambios sustanciales de estrategia
El domingo, el presidente, Andres Manuel López Obrador, presentó su Informe Trimestral y un plan para mitigar los efectos que tendrá la propagación del COVID-19 en la actividad económica del país. La estrategia planteada por el Ejecutivo no plantea cambios sustanciales respecto a la que se ha implementado hasta el momento. En este sentido se realizaron los siguientes anuncios: i) se adelantará el pago de cuatro meses de los apoyos que reciben los adultos mayores, personas con capacidades diferentes y estudiantes de bajos recursos, que en conjunto involucran 42,000 millones de pesos (mdp); ii) se otorgarán 2.1 millones de créditos personales y a micro y pequeñas empresas; iii) se dispondrá de 177 mmdp para créditos a la vivienda por parte del Infonavit y Fovissste; iii) se extenderá el programa Sembrando Vida, que actualmente emplea a 230 mil trabajadores y se ampliará a 430 mil; y, iv) se ampliará el programa Tandas para el Bienestar, con el fin de otorgar 800 mil créditos por un monto equivalente a 3,400 mdp.
Los proyectos prioritarios se mantienen y se anuncia plan de inversión en energía
En materia de inversión pública, se confirmó que continuarán las obras de infraestructura consideradas como prioritarias por el actual gobierno. Dentro de dichos proyectos se encuentran: el aeropuerto de Santa Lucía, la rehabilitación de seis refinerías, la construcción de la refinería de Dos Bocas en Tabasco, proyectos de generación de energía para garantizar el abasto de electricidad en todo el país, modernización de los ferrocarriles y puertos en el Istmo de Oaxaca, y el proyecto del Tren Maya. Adicionalmente, se anunció que Pemex dispondrá de recursos adicionales por 65,000 mdp, derivado de una disminución en la carga tributaria. Asimismo, se informó que la próxima semana se darán a conocer los detalles del plan de inversión público-privado en materia energética, el cual ascenderá a 339,000 mdp.
No se contratará nueva deuda ni se aumentarán o crearán nuevos impuestos
Las necesidades de financiamiento del plan de recuperación económica propuesto por la administración pública serán cubiertas con los recursos disponibles del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) que, al cierre del 2019, contaba con alrededor 158,544 mdp y de las disponibilidades de los Fideicomisos sin estructura orgánica definida. Asimismo, se mencionó que, como parte de la política de austeridad republicana, se anunció un recorte en los salarios de altos funcionarios del gobierno y la eliminación de aguinaldos a los servidores públicos a partir del cargo de subdirector hasta el de presidente de la república, con lo cual se espera obtener recursos adicionales. Finalmente, se reiteró el compromiso de no contratar nueva deuda ni aumentar o crear nuevos impuestos.
¿Qué esperar?
El plan de reactivación económica dado a conocer por el gobierno federal decepcionó a los inversionistas que esperaban el anuncio de un programa de políticas fiscales contra cíclicas de mayor envergadura. El comunicado únicamente se limitó al adelanto de recursos de los programas sociales que ya estaban contemplados en el presupuesto y al otorgamiento de planes de financiamiento a micro y pequeñas empresas. En principio, lo anterior se financiará a través de mayor austeridad en el gasto, fondos del FEIP y recursos tomados de fideicomisos. En este sentido, la postura adoptada por la actual administración contrasta con los planes de rescate anunciados por un buen número de países, que incluyen medidas como el otorgamiento de créditos fiscales, la ampliación de la compensación del seguro por desempleo y la entrega de transferencias monetarias generalizadas entre la población. Considerando lo anterior, recientemente modificamos nuestras expectativas de crecimiento para 2020. Ahora, esperamos un impacto severo y de mediana duración en la economía. En concreto, esperamos que el PIB se contraiga 6.5% anual, con un marcado sesgo a la baja y una alta incertidumbre hacia adelante.