Twitter (NYSE:TWTR) demostró una notable trayectoria el año pasado. Frente a la extrema negatividad en torno a las acciones de las empresas de redes sociales, la empresa ha superado a su principal rival Facebook (NASDAQ:FB), subiendo un 20% mientras Facebook se desplomaba un 26%.
Pero ese período de alta rentabilidad está perdiendo fuelle. Tras el repunte del año pasado, las acciones de Twitter subieron un 8% en 2019 mientras que Facebook cogía carrerilla y se disparaba más de un 20%. Esta divergencia es señal de que la determinación de los alcistas de Twitter se está debilitando y los inversores encuentran probablemente más valor en el muy superior rival de la compañía.
A pesar del lento avance de Twitter, creemos que es la mejor posicionada para soportar la presión de venta que tiene lugar después de todos los eventos negativos. La semana pasada, por ejemplo, mientras Facebook se llevaba la peor parte de la presión de venta tras la transmisión en vivo de la masacre ocurrida en Nueva Zelanda, perdiendo un 2,5% el viernes, las acciones de Twitter apenas se movieron, cerrando la semana con un alza del 0,6% en 31,22 dólares. Las acciones cayeron ayer un 0,5% hasta un total de 31,08 dólares frente a la caída de otro 3,3% de las de Facebook.
En nuestra opinión, Twitter se está desenvolviendo de forma inteligente en este entorno en que los reguladores, los políticos y el público en general escudriñan las empresas de redes sociales tras una serie de filtraciones de datos personales y manipulación política de estas plataformas. La empresa ha proporcionado transparencia a los inversores mediante la adopción de un enfoque abierto de los problemas de su red. El director ejecutivo, Jack Dorsey, lleva advirtiendo a los inversores desde el verano pasado de que su plataforma no va a observar crecimiento alguno de usuarios hasta que la empresa termine de implementar su masiva operación de limpieza, eliminando las cuentas ficticias y los discursos de odio.
La agresiva purga de Twitter da sus frutos
Los resultados de esta agresiva purga se hicieron evidentes durante la presentación de resultados del cuarto trimestre de la empresa, en la que anunciaron un crecimiento de un 23% interanual de sus ingresos publicitarios hasta un total de 791,4 millones de dólares. La compañía también pudo demostrar que incluso con su base de usuarios diarios activos bajo mínimos, sigue manteniendo un negocio sostenible en el que los inversores pueden confiar en este entorno altamente dinámico para las empresas de redes sociales.
El resultado operativo de todo el año 2018 de Twitter ascendió a 453,3 millones de dólares frente a los sólo 38,7 millones de dólares del año anterior, impulsado por el aumento de la inversión por publicidad, que subió un 33% el trimestre pasado. El verano pasado, la empresa comunicó a los inversores que había identificado casi 10 millones de cuentas dudosas a la semana y que pondría todas esas cuentas en manos de un control de seguridad.
Lo que a los inversores no les ha gustado sin embargo es la advertencia de Twitter de que esta limpieza seguirá ejerciendo gran presión sobre el gasto, que es probable que suba un 20% en el año 2019.
Para Facebook, por otro lado, la semana pasada fue probablemente una de las más difíciles. La mayor red social del mundo se enfrentó a la interrupción más larga del servicio de su red en toda su historia. También se enfrenta a una investigación criminal sobre sus acuerdos de datos con otras empresas y a la dimisión de dos de sus más altos ejecutivos. Y por si todo eso no fuera suficiente para zarandear la confianza de los inversores, la matanza de 50 personas en Nueva Zelanda, transmitida en vivo en Facebook, suscitó la indignación y la condena de la red a nivel casi universal.
En conclusión
Cada vez resulta más difícil elegir ganadores y perdedores en el entorno de inversión de las empresas de redes sociales, dada la naturaleza de los desafíos a los que se enfrentan estas empresas. Las plataformas de redes sociales están en constante estado de lucha y no paran de apagar fuegos, mientras sus acciones siguen siendo altamente vulnerables a los acontecimientos negativos.
Lo que distingue a Twitter de sus homólogos en este entorno es su agresiva estrategia para limpiar su red y adoptar una manera más transparente de afrontar estos desafíos. Este enfoque podría no provocar un aumento del crecimiento de usuarios a corto plazo, pero la iniciativa y el esfuerzo por hacer las cosas bien van a proporcionar a la empresa una base más sólida a largo plazo.