Wall Street nuevamente opera al alza con el SP500 superando los 2.900 puntos. Resurgen las esperanzas de que las negociaciones que se llevarán a cabo en Washington el jueves puedan terminar en un acuerdo comercial parcial entre EE.UU. y China. Así lo sugieren algunos informes liberados por la prensa internacional.
Bloomberg News y el Financial Times informan que China está preparada para aceptar un acuerdo comercial parcial y ofrecería concesiones no esenciales, como compras de productos agrícolas, siempre que no impongan más aranceles. Sin embargo, Pekín no cedería en los puntos más conflictivos.
Lo curioso es que estas declaraciones se producen incluso después de las restricciones de visas estadounidenses a los funcionarios chinos y la incorporación de más empresas del gigante asiático a la lista negra de comercio.
Creo que a estas alturas de la guerra comercial, Pekín se va quedando sin opciones y herramientas para contrarrestar los ataques de Trump. Si la devaluación del yuan a 7,15, la venta masiva de bonos del tesoro de EE.UU. durante 2018 y 2019 y la imposición de aranceles a las importaciones no han tenido los efectos esperados en el dólar, la economía de EE.UU. y en el sentimiento de Trump, ahora menos los tendrá con el último reporte del Departamento del Trabajo señalando el desempleo en 3,5% y el respaldo que ha dado la Fed al mercado.
Con los indicadores bursátiles en zona de máximos históricos, la implementación de un nuevo programa de compra de activos y posibles nuevas rebajas en las tasas de interés es un potente incentivo para que Washington incremente la presión comercial contra China que se va quedando sin artillería.
Debemos estar preparados para más volatilidad. El mercado aún no se pone de acuerdo si el actuar de la Fed es porque efectivamente ve una posibilidad cierta de una recesión económica en EE.UU. por los efectos de la disputa comercial o su comportamiento responde más bien a presiones políticas.
Lo cierto es que Powell y compañía, que ya ha inyectado desde septiembre cerca de U$1B, acaba de señalar que piensa implementar un nuevo programa de compra de activos para que no se produzcan problemas de liquidez y que además, podrían venir nuevas bajas de tasas de interés. A pesar de todo esto el DXY sigue inmóvil en 99 puntos... Raro, ¿no?