Ante la inminente volatilidad que veremos en los meses o años siguientes a la vuelta paulatina de la normalidad después del Covid-19, las inversiones y su forma de participar en la bolsa de valores, serán completamente diferentes a lo que estamos acostumbrados a ver todos los días.
Las estrategias de gestión para los fondos de inversión, fondos de pensiones o portafolios de inversión personales se pueden clasificar como pasivas o activas dependiendo del grado de participación del gestor del fondo o del inversionista independiente en los activos financieros que se compran o venden, su aportación al riesgo y al rendimiento de este.
La gestión pasiva, como podemos imaginar, obliga al gestor del fondo a no realizar modificaciones fundamentales a la cartera; por supuesto, deberá existir un criterio previo de rendimiento, un perfilado del riesgo y las opciones iniciales de inversión para que el gestor cree el fondo. Por otro lado, la gestión activa tomará en cuenta la experiencia del gestor y le permitirá tomar las decisiones de inversión que sean necesarias para mejorar el 'performance' de la cartera.
Dicho de otro modo, el compromiso de un gestor pasivo se centra en conseguir la rentabilidad esperada al momento de crear el fondo y el gestor pasivo compite con otras opciones del mercado y con el mercado mismo, para maximizar los beneficios de la cartera sin romper las barreras de riesgo que se definieron en el prospecto al momento de crear el fondo.
Podemos concluir, por ende, que la elección de un tipo de gestión al momento de regresar a nuestras actividades como inversionistas después del Covid-19, estará relacionada directamente con la elección del gestor del fondo y su experiencia en escenarios de alta volatilidad y su visión sobre la eficiencia del mercado.
Si el gestor cree que los mercados son eficientes, optara por la gestión pasiva, mientras que, si el gestor está convencido de que existirá alta volatilidad, rebrotes de la pandemia o desequilibrios en los precios, tratará de aprovecharlas para obtener rendimientos extraordinarios, un escenario que se repetirá muchas mas veces, que el pasado mismo nos enseño, que podía pasar.
La medición de esa rentabilidad en exceso, obtenida en la gestión activa se conoce como “Alpha” y será un factor para considerar, por los inversionistas en todo el mundo. El Termino no es nuevo, pero a partir del Covid-19 será tanto o mas importante que las betas o el CAPM.
Entonces, la gestión activa será una estrategia imprescindible después del Covid-19 para recuperar los meses de rentabilidad perdidos en la bolsa de valores.
¡Muchas gracias, Cuídense!